Aún es de noche cuando llegamos al agua, así que cojo los equipos, bolsos, y al tío Duncan y nos dirigimos a la orilla alumbrados por la linterna frontal, donde, con el alba amaneciendo y al ir acercándonos, se empieza a vislumbrar la silueta del barco de pesca donde hemos sido invitados para pasar la mañana, por mi gran amigo Álvaro.
Tras saludarnos, y, agonías vivos, cargamos todo, incluido a Duncan, el cual va a ser su primera experiencia de pesca en barco, y nos echamos al agua con la primera luz... mola.
Duncan y Álvaro manejando el eléctrico
Nada mejor que navegar por el embalse donde entre amigos, comencé con este vicio de la pesca, reconociendo sitios donde pescabamos de chavales hace 15 años, con un pincho, un cascabel y una masilla a base de pan y anís del mono (especial) descubriendo rincones y reculas imposibles de verlas sino es desde embarcación, grandes cortados, en fin, goma pura lo de un barquito...pero lo mejor, salir con Álvaro, juntarnos y echarnos mil risas y bautizar a Duncan en esto de las barcas.
Viaducto de Entrepeñas, inconfundible estampa.
Así que comenzamos a navegar, ya que nos encontramos en el mes de julio y bien pronto clarea, y la temperatura será digna de la época.
Nuestra misión, echarnos mil risas, sumar una jornada entretenida, ya que el rasperio de percas va a estar por la labor seguro. El nivel del pantano es irregular entre expolio y expolio de aguas...y más en estas fechas de verano.
Según navegamos las vistas y posibilidades son infinitas, grandes cortados, reculas recónditas, puntales querenciosos y multitud de copas de chopos que asoman sus puntas. Que grandes opciones te da una embarcación!
Y decidimos empezar a probar entre estos últimos ya que sabíamos que el festival de raspas estaba por ahí, y no fallamos, paseando spin tails entre chopos obtenemos las primeras fluvis...las primeras de un montón...y es que están por la labor oiga!!. Y es que no necesitamos más que raspas para que las risas y la felicidad de pescar se hagan latentes a bordo.
Spin tail trabajando.
Atentos como perros.
Entre los chopos estaba la rave.
Rave de raspas, pero masiva.
Se lo pasó fatal Duncan, ahí está penando.
Percha de fluvis preparada para su suelta, algunas de muchas...
Captura y suelta siempre!.
Hasta algún fulano con boca de perro se une a la fiesta, el cual es siempre bienvenido mientras no se lleve veintimuchos euros en los hocicos, no es el caso, ya que como sabéis, spin tails y Spinnerbaits son mis elegidos y aportamos un bajo de fluorocarbon por si acaso...aún así es ley de pesca que te corte algún lucio.
SIEMPRE! Nuestras capturas libres.
Lucio que entro a mi spinner favorita, gomoku.
Qué punto de vista tan maravilloso!.
Pequeños lagartos que se unen al festín
Álvaro posando con otro pike.
Y soltandolo , por supuesto!
Vuelve a tu casa amigo, hasta la próxima!.
Echamos la mañana, ya que el calor aprieta y, realmente nos lo hemos pasado en grande, por todo; vernos ya es un placer enorme, partirnos los diafragmas riendo es otro, la pesca encima ha estado presente durante toda la mañana, y Duncan, a los 10 minutos de embarcar, parecía que llevaba toda la vida navegando, así que volvemos al punto de partida.
Final de la jornada...gran jornada!!!
Agradecido mil millones de veces a Álvaro por la invitación, que el tiako se encargó de todo; realmente, ¡quién tiene un amigo tiene un tesoro!
Espero os haya entretenido y ya preparando la próxima entrada.
Como el fin de semana anterior, quedo para el café tempranero con mi amigo Raul y decidimos pescar junto a la presa del pantano de El Vado ubicado en la sierra norte de Guadalajara, ya que solo disponemos de la mañana al tener yo tarea por la tarde. Llegamos y aparcamos pasada la presa, va a ser un día caluroso como no podía ser de otra forma. Bajamos a la orilla y comenzamos lanzando y andando,...... poca actividad....seguimos lanzando y andando......esta entrada de blog va a ser breve. Orilla dura de andar debido a la pizarra característica de esta zona, muchos enganches originados también por esta misma piedra. No parecían querer dar la cara, únicamente conseguí ver una buena trucha desde lo alto de una recula, pero simplemente con el mero echo de moverte entre pizarras para intentar realizar un lance optimo, alertaba con tiempo al animal para buscar aguas profundas. Sin mas movimiento, excepto el de los barbos emparejados paseando por las orillas, y el de lo
No solo porque llevaba tras ello unos meses ya. Sino porque literalmente ese día tenía "algo". De camino al agua en la furgoneta como de costumbre, ya vas pensando en esa nueva jornada, ¿será hoy el día? ¿con qué muñeco empiezo a pescar?, pero siempre con esa ilusión que nos caracteriza, aunque la jornada no sea la esperada.... la ilusión es gratis. Así que entre pensamientos de peces y señuelos, llego al agua sobre las 9 de la mañana, día ventoso y soleado, me gustan las condiciones, y mucho, así que abro a Duncan, saco la bolsa de señuelos, me pongo el cortavientos saco la vara, la monto... y cuando voy a echar mano del carrete, me lo había dejado en casa....no puede ser!! no me lo podía creer... No lo dudé un momento porque sabía que era el día, el sitio y las condiciones. Así que recogí trastos, me cambié, desmonte la caña, subí a Duncan al coche y camino a casa de nuevo ya que ese día se pescaba sí o sí... Tras otros 100 km y casi 2 horas después, vuelvo a estar en e
Tengo la tarde libre así que me voy de inspección a un tramo libre de pesca sin muerte del río Tajuña. No tardo en estar en el lugar, ademas, esta claramente indicada la zona a pescar. Nada mas bajar del coche y en el primer lance clavo una pequeña trucha que en un bravo salto se desclava automáticamente....buena señal. Emprendo río abajo.... entre la espesura de zarzas y demás vegetación ya conocida por anteriores incursiones. El sitio me parece espectacular, tanto por lo limpio como por lo salvaje de la zona, que para ser un tramo libre es raro... Lance tras lance con mi cucharilla BF obviamente sin muerte como dicta la zona a pescar, obtengo varios ataques de pequeñas truchas, quizás demasiado pequeñas para embocar la cucharilla. Pero el momento llega, clavo y mantengo la tensión para evitar otra fuga... Esta fuera!! una pequeña fario que tras posar para el recuerdo vuelve al agua. Continuo, hay momentos en el que el único que camina por aquí con facilidad es mi compa
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